JORGE MONTEALEGRE
El humor gráfico de Chile nace en un continente donde los marinos confundían a los manatíes con sirenas, donde sus habitantes ya habían dibujado condoritos en las paredes precolombinas; con un pueblo originario descrito poéticamente por un conquistador conquistado; y en un pueblo que inicia su proceso de independencia bajo la consigna ¡Viva el rey! País poco serio, irónico y paradójico, cuyo gran relato puede ser contradicho o complementado por esa anécdota plural y cotidiana que nos lega la oralidad y -¿por qué no?- el humor gráfico. En este caso la historia se inicia con el primer periódico que publica caricaturas en 1858 en dos expresiones principales: la sátira política, a través de la caricatura política, y el humor costumbrista, con chistes gráficos y tiras cómicas para diversos públicos. ?Monos?, como se dice en Chile, que han construido una tradición de humor gráfico y han contribuido al imaginario latinoamericano.
Jorge Montealegre Iturra (Santiago de Chile, 1954) es periodista, licenciado en comunicación social, y diplomado en gerencia pública y ha ejercido la docencia y la investigación sobre historia del humor gráfico, periodismo y gestión cultural. Comienza a escribir en la prisión política, en 1973, y cuando regresa a Chile en 1979, comienza a trabajar en publicidad y coedita la revista La Castaña. Ha publicado ocho volúmenes de poesía; entre ellos Bien común, Premio Municipal de Literatura (Santiago) Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura a Mejores Obras Literarias (1996). Su último libro de poesía, No se puede evitar la caída del cabello, obtuvo el Premio Altazor 2008. Además ha publicado 15 libros, entre los que destacan Puro Chile. Sátira humorística y (anti)patriótica, o Frazadas del Estadio Nacional, Premio Altazor de ensayo 2004. Actualmente, estudia en el Programa de Doctorado en Estudios Americanos de la Facultad de Humanidades y del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile y es parte del equipo de periodistas del Proyecto Chile ? Imagen País.
El humor gráfico de Chile nace en un continente donde los marinos confundían a los manatíes con sirenas, donde sus habitantes ya habían dibujado condoritos en las paredes precolombinas; con un pueblo originario descrito poéticamente por un conquistador conquistado; y en un pueblo que inicia su proceso de independencia bajo la consigna ¡Viva el rey! País poco serio, irónico y paradójico, cuyo gran relato puede ser contradicho o complementado por esa anécdota plural y cotidiana que nos lega la oralidad y -¿por qué no?- el humor gráfico. En este caso la historia se inicia con el primer periódico que publica caricaturas en 1858 en dos expresiones principales: la sátira política, a través de la caricatura política, y el humor costumbrista, con chistes gráficos y tiras cómicas para diversos públicos. Monos, como se dice en Chile, que han construido una tradición de humor gráfico y han contribuido al imaginario latinoamericano.
